sábado, 9 de mayo de 2009

JAPÓN PUEDE ESPERAR (NO MUCHO)... NOS VAMOS A LA VERNA DE MOMENTO...VISIÓN PANORÁMICA: www.laverna.eu


Ah ¡¡¡¡ Iberia "nuestra" línea aérea.... nos ha cambiado el vuelo de inicio de viaje a Osaka.... Ya empezamos con las sorpresillas.... espero que no haya más cambios.

De momento nos vamos a las entrañas de Larra este domingo. A conocer lo más recóndito y sorprendente de Euskal Herria antes de viajar al otro extremo del mundo.

ESPELEOLOGÍA

SALA VERNA UN DÍA


DESCRIPCIÓN

En 1960 la Electricité de France (EDF) abrió un acceso directo a la Sala Verna para extraer parte del agua del río subterráneo de San Martín, con el fin de alimentar una central hidroeléctrica. El proyecto no siguió adelante, pero el acceso artificial facilitó la entrada a espeleólogos y científicos para completar toda la información que esta cavidad ha aportado al conocimiento del mundo subterráneo.

Esta, es una de las oquedades mayores que hasta hoy se ha descubierto bajo tierra. Su relativo cómodo acceso por el túnel, nos permite visitar este fenómeno sin grandes complicaciones. 

Desde el pueblo de Santa Engracia, partiremos andando hacia el túnel. El recorrido de aproximación puede durar entre 1,30 y 2 horas. Una vez, en la vieja caseta que sirvió de alojamiento a los trabajadores del túnel, podemos hacer una parada para comer algo y preparar el equipo antes de entrar.

El frío y encharcado túnel (nos podemos mojar los pies) nos llevará hasta el interior de la Sima de San Martín donde podremos ver la sala Verna y la cascada por donde se precipita el río S. Vicente, antes de desaparecer bajo la inmensa montaña de bloques. 

Por el interior de la cavidad podremos hacer un pequeño recorrido que nos permita dispersarnos por la sala para ver realmente sus dimensiones. 

Andar bajo tierra no es complicado pero el terreno es delicado. Será necesario caminar despacio y con cuidado, utilizar las manos en algunos pasos, ayudarse unos a otros, etc. 

La visita puede durar unas 2 o 3 horas como máximo e iniciar, posteriormente, el regreso al pueblo.


LUGAR

Pirineos Occidentales, en Larra - Belagoa (Navarra) y Sta. Engracia (Arette Francia) al otro lado del puerto de la Piedra de S. Martín.


PARTICIPANTES

A partir de 12 años, no necesitando ninguna experiencia anterior en espeleología aunque sí una experiencia mínima en montaña. La aproximación, la visita y el regreso resultan una jornada de montaña.

Todos tienen que llevar: botas cómodas, zapatillas de repuesto, pantalón largo, chubasquero y  guantes finos. Comida de picnic y cantimplora con agua, casco (de montaña, esquí, bicicleta...), linterna (mejor sí nos permite llevar las manos libres).


DIFICULTAD

En la cueva baja. La aproximación es por pista en la mayor parte del recorrido con un desnivel aproximado de 400 m. 


HORA DE SALIDA

7,30 de la mañana en la gasolinera de Arazuri (autopista Iruña-Donostia).


ALMUERZO

Aproximadamente a las 11,30 de la mañana en el albergue Elitxalt de Ste Engrace. Cada uno llevará su almuerzo y su comida, aunque también en el albergue dan platos y bocadillos.


VISITA

Tras una ascensión de poco más de una hora llegaremos al antiguo albergue de espeleólogos donde habrá una breve explicación de los fenómenos y paisajes kársticos.

Luego entraremos en el túnel y tras una travesía de 45 minutos llegaremos a la Sala Verna. En ella continuarán las explicaciones y haremos un recorrido ascendente hasta la cascada del río San Vicente y otro descendente hasta el sumidero. En total estaremos dentro de la sala una hora y media.


COMIDA

Aproximadamente a las 5 de la tarde estaremos de vuelta en Ste Engrace donde podremos comer en el Albergue Elitxalt.


ARTÍCULO DE PRENSA

Transcribimos un reciente artículo en el que explica las últimas actuaciones en la Verna:

La explotación turística, objetivo de la obra hidroeléctrica en La Verna

El complejo subterráneo de la sima de San Martín, situado en la muga entre Zuberoa y Nafarroa, tiene más de 55 kilómetros cartografiados de galerías y la sexta mayor sala natural del mundo: La Verna. Esta descomunal gruta, en la que cabrían seis catedrales del tamaño de Nôtre Dame de París, acogerá hoy el acto de inauguración de una central hidroeléctrica impulsada por el grupo franco-belga Suez, iniciativa tras la que existen intereses turísticos.


Los primeros espeleólogos que llegaron a la sala La Verna creyeron que ya habían salido a la superficie en una noche sin luna ni estrellas, ya que enfocaban con sus linternas hacia arriba y no veían absolutamente nada. En realidad, lo que ocurría es que sus focos no alcanzaban la bóveda de la gruta, situada a 180 metros por encima de sus cabezas. Fue en 1954 cuando se produjo el descubrimiento de esta gigantesca sala de 255 metros de largo y 245 de ancho, lo que supone una superficie de 62.400 metros cuadrados. Aquellos pioneros llegaron hasta La Verna desde la sima de San Martín, situada en la muga entre Zuberoa y Nafarroa, en la zona kárstica de Larra. Esta sima había sido descubierta por casualidad sólo cuatro años antes, y entonces alcanzó el récord mundial de profundidad.

A través de un laberinto de interminables galerías que atravesaban un rosario de salas gigantescas, aquellos espeleólogos llegaron hasta La Verna tras descender una distancia en vertical de 734 metros.

La existencia en su interior de una potente cascada de 80 metros de caída indujo a la EDF (la compañía estatal francesa de electricidad) a perforar en 1956 un túnel artificial de 830 metros desde las inmediaciones de Santa Grazi, para poder acceder horizontalmente hasta la sala con el fin de explotar los recursos hidroeléctricos de ese gran salto de agua.

Se tardaron varios años en construir una presa en lo alto de la cascada y se instalaron aparatos de medición del caudal, pero en 1960 la empresa llegó a la conclusión de que el proyecto no era rentable debido a los periodos de estiaje del cauce. Además, una gran crecida del río arrancó de cuajo todas las instalaciones de la gruta.

El proyecto de construir en La Verna una pequeña central hidroeléctrica fue retomado hace dos años por el grupo franco-belga Suez. En este tiempo se ha instalado una turbina de cuatro megavatios, que generará electricidad para cubrir las necesidades de unas 20.000 personas.

En estos dos años de trabajo bajo tierra apenas se han podido utilizar máquinas debido a la estrechez del túnel, lo que ha obligado a transportar el material, incluido el cemento y la arena, a mano o en carretillas. En total, la Sociedad Hidroeléctrica del Sur (SHEM), filial de Suez, ha invertido seis millones de euros, que espera rentabilizar antes de una decena de años.

Pero tras esta obra hidroeléctrica existe también un deseo de explotación turística de La Verna, tal como ha reconocido la propia empresa. Consciente de que va a ser un gran atractivo para miles y miles de personas, el túnel de acceso se ha habilitado para facilitar el paso de los visitantes a esta inmensa sala, que se mantiene a una temperatura constante de cinco grados.

40 presas en los Pirineos

Un portavoz de la empresa Suez ha reconocido que los cuatro megavatios de capacidad de esta instalación son escasos si se comparan con los 65.000 megavatios que produce el grupo franco-belga, o incluso con los 4.000 megavatios de origen hidroeléctrico que posee en todo el Estado francés.

Sin embargo, precisa que esos cuatro megavatios «ya empiezan a ser significativos» dentro de los 800 que suman las 40 presas que la SHEM posee en la vertiente norte de la cordillera pirenaica. «Es importante localmente y es también una forma de implicarnos en el desarrollo sostenible», asegura el portavoz de la empresa.

La Verna también ha suscitado el interés de diversas expediciones. En marzo de 2003 una de ellas consiguió hacer volar un globo tripulado a más de 100 metros de altura dentro de la sala, con la participación de una empresa especializada y la ayuda de un grupo de expertos del Ejército francés.


«No ha habido ningún estudio sobre sus futuras afecciones»

«Toda intervención que se haga en una cueva sin ningún control, como ha ocurrido este caso, hay que tomarla con recelo. No se ha realizado ningún estudio sobre las futuras afecciones que esta obra y la explotación turística va a tener sobre este medio subterráneo. A mí me parece que es una barbaridad». Ésta es la opinión del prestigioso fotógrafo y espeleólogo vizcaino Jabier Les, miembro de la Sociedad Alfonso Antxia.

Jabier Les, que participó en unas jornadas científicas sobre este proyecto justo antes de que comenzasen las obras, recuerda que se empezó a hablar de ello cuando en Nafarroa se aprobó la construcción del centro de esquí nórdico de Larra. «El Gobierno francés quería un atractivo turístico cerca de este centro, y el mayor que tenían era la sala La Verna», recuerda.

Este espeleólogo vizcaino ha visitado esta gruta varias veces y ha sido uno de los pocos que ha podido fotografiarla. «Cuando entras, no te das cuenta de su inmensidad hasta que no la ves iluminada. El año pasado preparamos generadores y focos de varios miles de vatios y así pudimos ver las dimensiones de la sala. La verdad es que es espectacular», asegura, y así lo confirman sus fotografías.

Hace dos años también fotografió La Verna con la ayuda de una decena de personas que se distribuyeron por la sala con flases para poder iluminarla y con las que se tenía que comunicar mediante walki-talkis. Iñaki Vigor


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